(Del libro inédito Licántropos y Ovejas)
Desgarro el
vientre de mi madre
a dentelladas
temblando mientras busco la luna
que se oculta tras su piel
buscando nacer
buscando ser
embriagada de su sangre
la sangre que me
alimentó
y extendiendo mis garras
en un gesto casi humano
que me acerca a la tierra
Me planto en
ella
mientras devoro
esa carne que nutrirá mi metamorfosis
Ella es la oveja
mansa que se resigna en un balido
teñido de
sollozos púrpuras
Yo soy la loba
que tensa el cuerpo para acomodar su piel
y agazaparse en
la tibieza que se derrama en el aire
hasta engañar
su propia sombra
Ya no hay luna
que perseguir
Vestida con la
piel de mi madre
curtida con la
sal de mi propio llanto
camino
reconcentrada
por el jardín de
lirios rojos
que ella misma
sembró para mí
Inclino la
cabeza
olvido la luna
transito las
veredas laberínticas que persiguen al sol
y al final
llego a un
espejo disfrazada de oveja
Un cuervo negro
se posa en mi hombro
y me mira desde el espejo
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