Este es un
hechizo que requiere algunos elementos esenciales: Un par de bolitas chinas
(con lubricante por supuesto), aceite de almendra y velas de vainilla o del
olor que más le agrade. Puede añadir
otros elementos que le apetezcan, pero NO a otras personas.
Encienda
las velas en varios puntos de su habitación.
Puede poner música de fondo. La
que más le guste. Recomiendo una
electrónica de baja frecuencia y pulsaciones rítmicas. Deje que el aire de la habitación se impregne
del aroma dulce de la vainilla. Lubrique
las bolitas chinas y bendígalas con la energía amorosa de sus dedos, recordando
todas las otras texturas placenteras que ya han visitado anteriormente.
“Invoco los
espíritus del bosque, los que ríen en las noches mientras cuentan las
estrellas, los que conocen el sabor de las amantes, los que se deslizan
enmascarados en los sueños felices y orgásmicos. Envío a mis dedos la energía de mi lado femenino
y asumo la delicadeza de un toque amoroso, para mí, sólo para mí… (Proceda con
las bolitas chinas)
Invoco
ahora la energía masculina que me habita, me miro desde el techo de la
habitación, siento mi presencia y sonrío libre de las reglas que me impone un
cuerpo. Pulso con la música, pulso,
pulso… Refuerzo mis músculos, sostengo dentro de mí el deseo, ejercito el
placer, aprieto, aprieto, aprieto… y me deslizo en mis manos, bailo en mis
muslos, ondulo mi vientre en el sabor de las almendras, aprieto los ojos,
observo hacia adentro, viajo, viajo, viajo hasta sentir que no necesito,
simplemente disfruto… y soy plena. Soy feliz.”
Como habrá
notado, el efecto del hechizo será inmediato.
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