Abro los ojos y aspiro la vida
recuerdo que estuve durmiendo
y digo a mi cuerpo
¡despierta!
y mi cuerpo,
obediente ciego,
despierta a sus dolores y cansancios
y se aferra al sol para salir de la cama.
Hay amaneceres felices
y otros que se olvidan
apenas se descienden los escalones
que nos llevan del sueño al día
del hogar a las calles de humaredas.
recuerdo que estuve durmiendo
y digo a mi cuerpo
¡despierta!
y mi cuerpo,
obediente ciego,
despierta a sus dolores y cansancios
y se aferra al sol para salir de la cama.
Hay amaneceres felices
y otros que se olvidan
apenas se descienden los escalones
que nos llevan del sueño al día
del hogar a las calles de humaredas.
(Foto por Jaime R. Pagán Jiménez)
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